Caída en el volumen de negociación y escasa actividad bursátil
Intel cerró la jornada con una leve caída del 0,34 %, registrando un volumen de negociación de 1.370 millones de dólares, lo que representa un descenso del 33,62 % respecto al día anterior. Esta cifra colocó a la compañía en la posición número 65 en términos de volumen entre las acciones cotizadas, reflejando una baja participación de los inversores en medio de un entorno de mercado mixto.
A pesar de la inactividad bursátil, no se registraron noticias relevantes directamente relacionadas con Intel durante el día. Expertos del sector atribuyen este comportamiento a factores macroeconómicos y a la creciente presión competitiva. La ausencia de resultados financieros, lanzamientos de productos o anuncios estratégicos dejó a la acción sin una dirección clara.
Estrategia basada en volumen destaca frente al mercado
En contraste con el rendimiento discreto de Intel, una estrategia centrada en comprar diariamente las 500 acciones con mayor volumen de negociación y mantenerlas durante un día ha generado un retorno acumulado del 166,71 % desde 2022 hasta el 30 de julio de 2025. Esta rentabilidad supera con creces el índice de referencia, que se situó en el 29,18 %, generando un retorno adicional del 137,53 %. Con una tasa de crecimiento anual compuesta del 31,89 %, esta táctica ha demostrado una notable eficacia ajustada al riesgo, apoyada en activos altamente líquidos como Adobe, Coca-Cola e Ingersoll Rand.
¿Está infravalorada la acción de Intel en plena fiebre de la IA?
Durante años, Intel fue sinónimo de innovación en chips y de liderazgo en la fabricación de semiconductores. Sin embargo, con el auge de redes sociales como TikTok y la explosión de la demanda de unidades gráficas, la empresa comenzó a quedarse atrás. Hoy, Intel enfrenta una dura competencia por parte de gigantes como Nvidia, AMD y Taiwan Semiconductor.
Los problemas en sus fábricas, fracasos competitivos y una gestión inconsistente han erosionado su valor de mercado y debilitado la confianza de los inversores. A pesar de su glorioso pasado, la empresa ha tenido dificultades para adaptarse a la nueva era dominada por la inteligencia artificial y el diseño avanzado de chips.
Luz al final del túnel: resultados del segundo trimestre
No obstante, los resultados financieros del segundo trimestre ofrecieron un respiro. Intel reportó ingresos por 12.900 millones de dólares, superando las expectativas en casi 1.000 millones y manteniéndose estables interanualmente. Esta mejora se debió en gran medida al buen desempeño de sus divisiones de Computación para Clientes y Centro de Datos e IA.
Aunque su negocio de fundición cayó un 5 % hasta los 4.400 millones de dólares, Intel está apostando fuerte por su nodo tecnológico 18A, considerado el avance más ambicioso de la empresa en años. El CEO, Lip-Bu Tan, aseguró que esta tecnología sustentará las próximas tres generaciones de procesadores, empezando con Panther Lake, previsto para finales de año.
Apuesta por la eficiencia y la innovación
Intel también tiene planes de convertir esta tecnología en una operación de fundición robusta para clientes externos. Tan ha destacado una estrategia más disciplinada, centrada en corregir errores pasados y enfocar el desarrollo del nodo 14A en la fiabilidad, las relaciones con los clientes y la rentabilidad. Para 2025, la empresa proyecta un gasto de capital de entre 8.000 y 11.000 millones de dólares, reflejando un nuevo enfoque más eficiente.
Aunque la compañía registró una pérdida ajustada de 0,10 dólares por acción en el segundo trimestre, se espera que vuelva a ser rentable en 2026, con un aumento estimado del 445 % en su beneficio por acción.
Intel acelera en la carrera de la IA
A pesar de su retraso inicial en la carrera por la inteligencia artificial, Intel está adoptando una actitud más agresiva. En el segundo trimestre, lanzó nuevos ordenadores con capacidades de IA basados en sus GPU Arc, en colaboración con fabricantes OEM. Sus nuevos chips Xeon 6 están diseñados para asumir cargas de trabajo de IA en centros de datos.
Una de las principales debilidades históricas de Intel ha sido el software. Tan reconoció que, durante años, la empresa no ofreció soluciones completas a nivel de sistema. Para remediarlo, Intel está construyendo una plataforma de IA integral, que abarca middleware, herramientas para desarrolladores y marcos optimizados para aplicaciones de inferencia y agentes de IA en el edge.
Wall Street se mantiene cautelosa, pero hay potencial
En cuanto a la valoración del mercado, los analistas de Wall Street aún muestran escepticismo. De los 39 expertos que siguen la acción, 33 recomiendan mantener, cinco aconsejan vender y solo uno considera que es una fuerte compra. El precio actual de la acción, 22,99 dólares, se encuentra en línea con el objetivo promedio. Sin embargo, la estimación más alta llega a los 62 dólares, lo que implicaría un potencial de subida del 204 % si el plan de recuperación se cumple.
Aunque Intel aún no lidera el sector de la inteligencia artificial, ya no está al margen. Con nuevas arquitecturas prometedoras, una disciplina financiera renovada y un giro estratégico hacia soluciones de IA integradas, la compañía está mostrando señales de recuperación. Si logra materializar sus ambiciosos objetivos, su acción podría dejar de ser simplemente una opción para mantener y convertirse en un inesperado ganador en la era de la inteligencia artificial.