Aunque en España aún es poco habitual encontrarlo en la cocina, el ruibarbo lleva años siendo un ingrediente popular en países como Reino Unido. Con su característico color rosado y un aspecto que recuerda al apio o a la acelga, esta hortaliza de origen asiático destaca por sus propiedades beneficiosas para la salud.
Lo que se consume del ruibarbo son sus tallos firmes y de tono fucsia, mientras que las hojas deben desecharse debido a su toxicidad. Su sabor ácido hace que, en la mayoría de recetas, se cocine con azúcar para suavizarlo, y se utilice sobre todo en repostería. No obstante, también puede incluirse en elaboraciones saladas.
Bajo en calorías y rico en fibra
Uno de los principales atractivos del ruibarbo es su bajo aporte calórico: solo 21 kilocalorías por cada 100 gramos. Su alto contenido en agua lo convierte en un aliado para quienes buscan controlar su peso. Además, su aporte en fibra —1,8 gramos por cada 100 gramos— lo hace útil para mejorar el tránsito intestinal y combatir el estreñimiento.
Micronutrientes que refuerzan el organismo
A pesar de su bajo contenido energético, el ruibarbo aporta minerales y vitaminas clave. Contiene 288 mg de potasio, ideal para reponer minerales tras una actividad física intensa. También ofrece 8 mg de vitamina C, que contribuye tanto a fortalecer el sistema inmunológico como a facilitar la absorción de hierro.
Este vegetal también incluye 12 mg de magnesio, mineral importante para funciones musculares y nerviosas, y pequeñas cantidades de calcio, esencial para mantener huesos y dientes en buen estado.
Propiedades antioxidantes y digestivas
La vitamina C presente en el ruibarbo actúa como antioxidante natural, ayudando a combatir el envejecimiento prematuro de las células. Desde un punto de vista tradicional, el ruibarbo se ha valorado por su capacidad para mejorar la digestión, especialmente tras episodios de malestar intestinal como la gastroenteritis.
Por su bajo contenido en colesterol, también se considera un alimento beneficioso para el sistema cardiovascular, ya que puede ayudar a proteger las arterias y reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
Un ingrediente versátil que merece más protagonismo
Pese a que todavía no es común en las cocinas españolas, el ruibarbo tiene mucho que ofrecer tanto desde el punto de vista nutricional como culinario. Su versatilidad permite emplearlo en tartas, compotas, salsas y guarniciones, lo que lo convierte en una opción saludable y diferente para diversificar la dieta.
Con todas estas propiedades, el ruibarbo es mucho más que un ingrediente exótico: es un alimento funcional que puede aportar sabor, color y beneficios para la salud en cada bocado.
